§ Democracia
directa: Se trata de la democracia en estado
puro, tal como la vivieron sus fundadores atenienses. Las decisiones las toma
el pueblo soberano en asamblea. No existen representantes del pueblo, si no, en
todo caso, delegados que se hacen portavoces del pueblo, que únicamente emiten
el mandato asambleario. Se trata del tipo de democracia preferido no sólo por
los demócratas de la Antigua Grecia, si no también para muchos pensadores modernos (Rousseau, por ejemplo) y para una buena parte del Socialismo y
del Anarquismo. Un ejemplo de democracia directa más conocido es el
de la Atenas clásica.
§ Indirecta
o representativa: el pueblo se limita a elegir
representantes para que estos deliberen y tomen las decisiones, de forma
jerárquica. Algunos autores también
distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia
semidirecta, que suele acompañar, atenuándola, a la
democracia indirecta. En la democracia semidirecta el pueblo se expresa
directamente en ciertas circunstancias particulares, básicamente a través de
tres mecanismos:
§ Referéndum. El pueblo concede o no concede la aprobación final
de una norma (constitución, ley, tratado).
§ Iniciativa
popular. Por este mecanismo un grupo de
ciudadanos puede proponer la sanción o derogación de una ley.
§ Destitución popular, revocación de mandato o recall. Mediante este procedimiento los ciudadanos pueden
destituir a un representante electo antes de finalizado su período.
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